martes, 11 de marzo de 2008

Glub

Lo que se ve en la imagen es lo que voy a ver yo esta tarde durante un buen rato. El fondo de la piscina. Pequeños cuadritos azules con el borde blanco que parecen ondulados debido al efecto del agua. Y además, una línea blanca, eterna, de un lado a otro de la piscina. Una y otra vez el mismo paisaje, los mismos cuadritos, la misma línea blanca. Hasta la pared y vuelta.
Claro, que de ese paisaje sólo disfrutaré al principio, cuando aún esté fresco. Luego todos mis esfuerzos irán encaminados a no tragar demasiada agua, intentando coger todo el aire que pueda. Primero por un lado, luego por el otro, deseando que llegue la pared para poder tomar una bocanada de aire mayor que el resto antes de comenzar otro largo.
Sólo espero que no hay mucha gente en la piscina, porque si no, además de estar pendiente de no ahogarme tendré que estarlo de si los que comparten mi calle nadan más deprisa o más despacio, si ocupan todo el ancho de la calle, si meten codazos al pasar por su lado, si se han enterado de que ellos tampoco están solos en la piscina…
Creo que se nota bastante que nadar no me apasiona. Maldita rodilla, malditas lesiones. Dos meses corriendo, dos meses parado, estoy harto, ya no sé qué es lo que hago mal.

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