No sé qué es lo que tendrá la nieve, pero me gusta.
Cuando voy sobre ella, aunque no sea el primero que la pisa, me da la sensación de que soy la primera persona que pasa por ese lugar. Me siento como un aventurero camino de un lugar desconocido para el resto del mundo.
La nieve es capaz de amortiguar el resto de sonidos, dejando llegar a mis oidos sólo el ruido de mis pasos, de mi respiración. Y al pararme acerca sonidos que en otras ocasiones pasan desapercibidos. El sonido de unos mirlos jugando entre ella, el del agua del pequeño arroyo saltando entre las piedras, el del aire moviendo las copas de los árboles, cargadas de nieve.
Hoy me he pasado toda la mañana dando vueltas con la bici, sobre la nieve. Me he cruzado con pocas personas, pero todas saludaban y sonreían sobre la nieve. Hasta la ciudad parecía más amable, sobre la nieve.
Quizás por eso, cuando comienza a derretirse, no puedo evitar pensar cuándo volveré a dejar mis huellas sobre la nieve.
1 comentario:
A mí tb me ha gustado el paseo de esta mañana, con sus trineos, y sus gotitas de nieve derritiéndose, con el cielo azul, los pajarillos y mis resbalones... ;- ) M
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