lunes, 31 de agosto de 2009

Linux


Me acabo de instalar el Linux en el portátil que heredé de Nuria, así que me he decidido a estrenarlo poniendo una entrada en el blog.

Se trata de un sistema operativo, alternativa al tan conocido y empleado por todo el mundo "windows". Pero en este caso no es necesario comprar el sistema opertativo, como ocurre con el otro, sino que se descarga gratuitamente, ya que es un código abierto... explicar esto del código abierto ya es más difícil. Pero por lo que he llegado a comprender, en el otro es imposible hacer variaciones, ya que el código de programación pertenece al señor Bill Gates, y sólo su empresa tiene la potestad y capacidad para hacer con él lo que les venga en gana (que es lo que hacen). Mientras, en Linux, todo el mundo (que sepa y entienda de programación, claro) puede acceder a las entrañas del sistema operativo y modificarlo a su antojo. Eso hace que existan tantas versiones como se puedan imaginar.

Yo, por mi parte, de todas las versiones de Linux que he visto, he instalado Ubuntu. Primero lo intenté con una versión que podía arrancar desde una memoria usb, lo que permite llevarme mi propio sistema operativo a cualquier ordenador. Tenía gracia la cosa, se llamaba Slax. Y al final me decidí a instalar Ubuntu. Y trasteando trasteando, lo conseguí. Los pasos, al principio, me parecieron complicados, pero una vez hecho, no me lo parece tanto.

Primero hay que descargarse el sistema operativo (es fácil, se busca ubuntu en google y ya aparece de dónde descargarlo). Luego, lo descargado, hay que grabarlo en un CD. Este CD es un disco de arranque, que permite arrancar el ordenador y hacer una prueba de cómo funciona el sistema. Como me gustó, desde esa misma demostración que es el CD, me puse a instalarlo. Para ello lo que hice fue una partición del disco duro (quién me iba a decir a mí que alguna vez en la vida iba a particionar un disco duro... jejeje). De este modo, al arrancar el ordenador puedo elegir si quiero trabajar con Linux o con el otro, por si las moscas, ya que algunos programas sólo funcionan con el otro (por ejemplo, el gestor de mapas del GPS).

¿Y qué tiene esto de bueno? Pues ya lo iré viendo. Por ahora he descubierto que también se cuelga, pero como ya estaba acostumbrado a ello, pues tampoco es problema. Lo que sí se nota es que va mil veces más deprisa, arranca el ordenador en un plis, y se supone que no hace falta ni antivirus (pues los virus se crean para afectar al otro, no a Linux).

Así que, puedo decir que, por el momento, el pingüino me está gustando.

2 comentarios:

Mildolores dijo...

Tengo que reconocer que he leído todo esto para ver si aprendo algo, pero sigo igual, por lo que me quedo con el Güindous, que al menos lo manejo un poquillo.
Ciao.

Andres Diaz dijo...

Pues , te recomiendo que sigas usando Ubuntu como para iniciar tus pinitos en tan fascinante mundo, luego, si quieres ingresar a la gama de servidores, pues te recomiendo Debian o Centos, dos distros que son bien estandar en el mundo linux.

Un saludo y felicitaciones por tan agradable paso que has dado.