Sirva esta ‘huella’ como carta de reconocimiento a mis fisios. Seguramente, si no fuera por ellos, no seguiría dándole a la zapatilla. Sobre todo si hubiera seguido los ‘sabios consejos’ de algún matasanos, del tipo: “¿Le duele aquí? ¿Cuando corre?... Pues no corra”. Pero éste es ya otro tema.
Tengo la suerte de tener no sólo uno, sino hasta tres fisios, que me cuidan y aconsejan. Y también, todo hay que decirlo, escuchan mis cuitas. Porque hay que decir que a veces somos (soy ) un poco pesados con las lesiones y dolores extraños. Dos de ellos, de mucha confianza, un poco más lejos, pero que aún a distancia me hacen un seguimiento particularizado ;-) La otra, más cerca, y a la que procuro visitar al menos una vez al mes.
Con el tiempo he ido descubriendo que, al menos para mí, esa frecuencia de visitas al fisio es fundamental para mantener a raya las molestias. Un buen masaje de descarga, con los retoques justos en los lugares más cargados en cada momento, una vez cada 30 días aproximadamente, me viene de maravilla.
Como en todo, los principios no son fáciles. Hay que ir probando, con varios fisios, en varias sesiones, hasta que se da con el adecuado. Y es que no debe ser fácil. Si ya me cuesta identificar las ‘señales’ que mi propio cuerpo me manda, no quiero ni pensar lo que debe ser hacer por entender el cuerpo de otro. A veces hay gente que me pregunta sobre el fisio al que voy, si es bueno o no. Para mi gusto sí, porque ya nos conocemos y la cosa funciona. Pero puede que para otra persona no sea el más adecuado. Como casi todo, esto también es cuestión de prueba y error.
En la no-preparación que estoy siguiendo, y en parte (creo) por haber dejado un mes por medio sin la visita de rigor, en las últimas semanas he tenido que acudir a que mi tibial posterior sufriera los rigores de sus manos en varias ocasiones. Y estoy seguro, casi al 100%, que gran parte del éxito de la mejoría, se debe a que el binomio fisio-paciente funciona bien (algo de mérito debo tener yo también, ¿no).
Por otro lado, y como viene siendo habitual, aquí queda el reflejo de las dos últimas semanas del ‘camino a Zahara’. La vuelta a la rutina tras la ‘Concentración veraniega’, y también las molestias del tibial, han hecho que el volumen se reduzca un poco. Quedan tres semanas y ya hay que ir pensando en dejar todo a punto.
L- De vuelta a la piscina, y en compañía. 300 + 800 + 800 con palas
M- Visita a mi ‘querido fisio’. Casi no me muevo, pero salgo agotado
X- Otro día de piscina. 300+400+500+400+300. Los 400 con palas
J- 1h15’ en la bici, con piñón fijo. Incluye 5x1500m en subida. No es un puerto, pero es lo que hay a mano
V- Descanso
S- 56’ de carrera. Parece que el tibial responde, le ha sentado bien la sesión del martes
D- Descanso... ¿o tener una boda la noche del sábado cuenta...?
L- Más descanso (o falta de tiempo, según se mire)
M- 57’ de carrera. Mucho calor y por lo tanto pulso muy alto
X- Descanso
J- Un poco de trabajo con gomas, que tanto ‘descansar’ no es bueno
V-1h18’ de carrera, incluyendo 4x10’ más fuertes. Y por la tarde a la piscina: 1000m +100+200+300+300+200+100. Para resarcirme de tanto ‘descanso’
S- 32’ de carrera. Mi tibial identifica claramente que hay zapatillas que no le gustan. Habrá que hacerle caso
D- 42km de bicicleta (distancia mítica donde las haya), buscando terreno con cuestas
1 comentario:
Uno, para cuando estoy "cargadillo"
Otro para cosas y casos puntuales.
El tercero es para casos extremos. es doloroso y brutal, pero efectivo.
Tres yo también.
Procuro que no pase del primero.
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