martes, 20 de noviembre de 2007
La huerta valenciana
Hoy nos ha traído Kike, directamente de Valencia, una bolsa llena de clementinas.
Las estuvo recogiendo ayer mismo, a las ocho de la tarde, así que están frescas y jugosas, y aún huelen a huerta valenciana. Vienen sin pegatinas y sin papel que las envuelva, con hojas, y un poco sucias, sin ese brillo artificial que tienen las que se compran en la frutería. Y están muy ricas, ¡vaya si lo están!
También nos cuenta Kike que las que quedan aún en los árboles, que son muchas todavía, con estas lluvias que han llegado se perderán, porque nadie quiere recogerlas. Pero eso será por poco tiempo, porque nos cuenta de vez en cuando que cada vez hay menos huertas, menos naranjos, menos campo.
Ahora nadie quiere recoger la fruta, ni cuidar los huertos. Sólo quieren vender sus tierras, recoger el dinero que les dan por dejar que crezcan sin control grúas, hormigón, urbanizaciones, casas… Y así no sólo se pierde la fruta, sino que se pierden también los lazos que han unido desde siempre a la gente de ese lugar con la tierra, que pasan a otras manos que no la saben tratar como se merece.
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1 comentario:
Tengo que reconocer que a mí las clementinas no me suelen hacer mucha gracia.
Sin embargo, hace un mes cuando estaba en Escocia, las vi en el supermercado y no pude resistirme a coger una bolsa. Origen: España.
No veas qué bien me sentó tomar algo que sabe y huele tanto y tan bien a España...
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