Campeón del mundo

Ayer domingo salí a correr por la Casa de Campo. Si preguntas a alguien por la Casa de Campo en Madrid seguramente te hablará del zoo, del parque de atracciones, del lago, de las putas, del teleférico… Pero realmente la Casa de Campo es mucho más, muchísimo más. Es un lugar con encanto.
Para rodearla por completo hay que hacer unos 16 km aproximadamente, casi todos por caminos, bordeando “la Tapia”. Y dentro de esos 16 km hay arroyos, puentes, pinares, encinas, lomas, cerros, bosques, perdices, liebres…
Para los corredores el corazón de la Casa de Campo es “el Bosque”. Se trata de un circuito de cuatro kilómetros donde casi a cualquier hora se puede uno encontrar a la flor y nata del atletismo madrileño, y también del atletismo mundial.
Ayer subí al bosque, y mientras corría me adelantó un campeón del mundo de fondo en ruta y de cross. Nada más y nada menos. Mientras me adelantaba le animé y en medio de su esfuerzo sacó un momento para girarse un poco, levantar la mano y dirigirme con una sonrisa un entrecortado “gracias”.
Es eritreo, vive y entrena en Madrid, se llama Zersenay Tadesse, no cobra millonadas, ni sale mucho en las noticias, a nadie le importa cómo celebra su cumpleaños o si duerme en una habitación especial. Y no le importa en absoluto devolver un saludo con una sonrisa, es todo un campeón del mundo.