Esto no lo cuenta la noticia. Una noticia curiosa donde las haya.
Santa María de los Llanos es un pequeño pueblo de Cuenca, en la Mancha, ya cerca de la provincia de Ciudad Real. Como todos estos pueblos lo que más destaca de ellos son sus paisajes amplios, más o menos llanos, dedicados al cultivo de cereales, viñas, ajos, olivos… Es una tierra fría, siempre a merced del viento. Un viento que se mete dentro de la cabeza, azotando siempre los oídos, por lo que no es nada raro ver a las mujeres con un pañuelo atado cubriendo el pelo, ni a los hombres siempre con la cabeza cubierta.
Pese a que es una tierra fría, la gente que allí vive es abierta, noble y muy amable. Siempre se habla del humor y la guasa de los andaluces, pero los manchegos tampoco tienen nada que envidiar. Sólo que tienen menos prensa.
Y por lo visto les gusta mucho la caza y los animales. Y no cualquier caza, sino la caza con galgo. Que más que caza debe tener algo de arte, pues en ella se disfruta de la belleza de los campos, recorriéndolos a pie hasta que el cuerpo aguanta, de la plasticidad de la figura estilizada de los galgos, que escenifican una lucha a muerte corriendo detrás de las liebres, veloces, ágiles, nerviosas… y siempre con la emoción de no saber cuál será el final. No como en el cine, en el que casi siempre se sabe lo que va ocurrir.
Me han contado que la Liebre Blanca, como así la conocían en el pueblo, llevaba más de un año dándoles esquinazo. Al principio, pese a que pudiera parecer que su extraño color la hacía más vulnerable, ocurría justo lo contrario. Los galgos, desconcertados, no entendían que aquella flecha blanca que corría, saltaba y olía como una liebre era una liebre realmente. Y se quedaban quietos, estupefactos, sin saber qué hacer, mirando a sus dueños con gesto de asombro.
Pero finalmente, y como siempre, manteniendo la emoción de la caza, de la lucha y de las carreras hasta el último momento, alguna pareja de galgos, ya acostumbrados a la nueva presa, consiguió atrapar a la Liebre Blanca, poco antes del cierre de la veda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario