viernes, 30 de enero de 2009

Triatlón

Hace unos años vi en el periódico de mi ciudad un artículo sobre el “ironman”. Se trata de una prueba de triatlón en la que se nadan casi 4 kilómetros, para acto seguido recorrer otros 180 en bici y acabar con un maratón (42 kilómetros). Resultaba que un componente de un club de triatlón de mi ciudad la había acabado, y animaban a la gente a que se apuntase con ellos, que era muy divertido y había pruebas más sencillas.

Así que me animé y me presenté un día en la sede del club con el recorte del periódico en el bolsillo. Me estuvieron contando un poco de qué iba aquello, de sus aventuras y batallas y demás cosas. Así que les dije que yo solía correr, pero que me apetecía probar lo del triatlón. Entonces me dijeron que claro, que aún no había empezado la temporada, que no estaban abiertas todavía las nuevas incorporaciones… vamos, que les diese los datos, que ellos ya contactarían conmigo. Y eso hice. Y no supe nada más.

Han pasado unos cuantos años ya, y el otro día, corriendo un poco por el parque me encontré con uno de los habituales, que también es triatleta. Me estuvo contando que con otro compañero han formado un pequeño club en un pueblo de Segovia, Moraleja de Coca, que si me apetecía apuntarme con ellos. Que me iba a venir muy bien lo de la piscina y la bicicleta para ir dejando de lado mis continuas lesiones, y que eso del triatlón es muy divertido. Y me convenció. Me he apuntado.

Por ahora sólo quiero nadar, montar en bici, e ir recuperando poco a poco el hábito de correr, olvidándome de las lesiones. Creo que me va a venir bien. Y luego, más adelante, y si todo va como tiene que ir, ya me plantearé lo de ponerme el mono, y probar esto del triatlón.

2 comentarios:

A dijo...

Pero que machaca que eres...
;-)

Mildolores dijo...

Probarás, probarás. Y una vez que lo hagas estás perdido.
No habrá retorno.