domingo, 4 de julio de 2010

Triatlón de Oliegos

No lo busques en internet, este triatlón no existe, no se celebra. Al menos no con ese nombre, pues está oculto.

León, un sábado de julio de 2010. De camino al embalse de Villameca, donde se celebra el V triatlón de Villameca. Olímpico, sin drafting. Para los legos en la materia esto quiere decir: 1,5 km de natación, 40 km de bicicleta en la que no se puede ‘chupar’ rueda (sin drafting) y 10 km corriendo.

Quizás también, para los legos en la materia, y no deportiva, debería decir que realmente el embalse habría de llamarse de Oliegos, nombre del pueblo que ‘descansa’ bajo sus aguas. Como tantos otros pueblos leoneses que así lo hacen en otros tantos embalses.

Éste, Oliegos, suena menos que Riaño, por ejemplo. Y es que este embalse es mucho más viejo, y de aquélla no había tanta ‘prensa’. De aquélla es el año 1947. Por lo visto dos años antes, en la madrugada del 28 de noviembre de 1945, se trasladó a los vecinos de este pueblo en un tren de treinta vagones a la finca de Foncastín, municipio de Rueda, provincia de Valladolid. Y desde entonces está cubierto por el agua, salvo cuando el nivel baja lo suficiente como para que en la cola del embalse se puedan ver las ruinas de lo que en su día fue Oliegos.

En este sábado de julio de 2010 el embalse está a tope, por lo que Oliegos ni siquiera se adivina bajo nuestros cuerpos al nadar. Pero quiero imaginar que el frío que sentía en la boya más lejana, en la zona más profunda, es el recuerdo del pueblo, transmitido por el agua.

Mirad, allí, 'al fondo', se encuentra Oliegos

En bicicleta posiblemente pedaleamos por el camino (carretera ahora) por el que los habitantes de Oliegos se alejaron de sus casas y de su pueblo en aquella madrugada de noviembre de hace tanto ya, hacia los vagones del tren que les llevaría a Foncastín.

Por último, en la carrera a pie imagino que seguramente recorremos los caminos que antaño recorrían los vecinos de Oliegos cuando iban a recoger sus vacas, o iban en el carro al pueblo cercano, o subían al monte a por madera o a cazar.

Me ha gustado este mi ‘I Triatlón de Oliegos’. Para mí, al menos, altamente recomendable. Espero estar en la siguiente edición.

1 comentario:

Mildolores dijo...

Curioso.
Capto el mensaje y la melancolía de ponerse en la piel de los de Oliegos, que de una forma u otra fueron apratados de su pueblo.