El otro día estaba viendo no sé qué en la tele (y es que no hay nada que ver en ella, salvo excepciones), y entre que cambiaba de canal y no, me encontré con un tipo que estaba tirándose en paracaidas por primera vez, que decía que le gustaba eso de buscar 'nuevas sensaciones', probar cosas nuevas, con una cara exultante de emoción y de adrenalina, tras haber tomado tierra.
Yo no me considero muy echado pa'lante, ni tampoco muy parado. Digamos que normalito (tirando a raro, dirá alguno, jeje). Me gusta hacer cosas, un poco la aventura y acelerar el pulso de vez en cuando en la montaña, con la bici... siempre con moderación.
Pero en los últimos meses estoy descubriendo que en ocasiones, no es necesario salir a buscar las 'nuevas sensaciones', sino que la vida también las va trayendo. Algo así como la montaña y Mahoma. No hace falta ni saltar desde un avión, ni hacer 'puenting', ni trepar a un risco o bajar un río en canoa. A veces, cosas mucho más sencillas a primera vista, consiguen que se me acelere el corazón y que vaya descubriendo nuevas sensaciones.
Seguro que si en determinados momentos apareciese una cámara y me preguntasen sobre lo que siento, saldría con la misma cara exultante de emoción que el que el otro día vi en la tele. Y sin necesidad de tirarme en paracaídas ni nada parecido.
2 comentarios:
Enhorabuena Igor.
Realmente es un deporte de riesgo, que genera adrenalina por doquier y cuya experiencia no acaba nunca.
Al menos eso me han contado, claro.
Gracias Mildo
La verdad es que va a ser toda una aventura.
Publicar un comentario