En el pueblo, cuando salgo de casa para dar una vuelta, siempre digo hacia donde voy, si para arriba o para abajo. Allí nos guiamos, como en todos los sitios me imagino, por hacia dónde va el agua. En este caso el agua del Esla. Ir pa’rriba es ir aguas arriba del Esla, e ir pa’bajo, aguas abajo del río, que diría Perogrullo. Pues ayer me pasé todo el día pa’rriba… pa’bajo… ;-)
Hacia arriba. Para cenar hicimos pizza en casa, con masa casera. A la masa hay que echarle un poco de levadura. Pues bien, creo que me pasé un poco con el poco… y al dejar la masa reposar casi acaba saliéndose del plato de lo que había subido. Qué gracioso. Eso sí, la pizza de lo más rica que quedó.
Hacia abajo. O más bien para intentar no bajar, en este caso de categoría. Esa es la lucha que mantuvieron ayer dos equipos de baloncesto, el Estudiantes (de Madrid) y el Cajasol (de Sevilla). Allí estuvimos María y yo, rodeados de una marea azul de seguidores del Estudiantes, intentando animar a los sevillanos… Qué deporte más ingrato. Al final perdimos, y la lucha por no descender se cierra más aún. (El baloncesto León también está en esa lucha, y bien complicado que tiene el no bajar)
Ni hacia arriba ni hacia abajo. Para completar las subidas y bajadas de ayer, cuatro personas en un ascensor encerrados durante casi una hora. Domingo, las tres de la tarde y sin comer. “Sí, ahora mismo sale el técnico corriendo para allá…”. Para que luego digan lo rápido que pasa el tiempo… a veces.
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