Precisamente eso es lo que me dice M cuando no soy capaz de hacer caso al despertador para salir a correr o a coger la bici. El cuerpo es sabio, y a veces pide más descanso. Debe ser por eso que en esas ocasiones me quedo dormido. Y sí que debe ser sabio, pero a veces se toma las cosas demasiado a la tremenda. O al menos eso me parece a mí.
Tras haber decidido el pasado fin de semana que era el momento de empezar mi preparación para el Titán, comenzaba la que debía ser, y de hecho ha sido, la primera semana. La idea era, simplemente, correr, nadar y montar en bici, por sensaciones y sin apretar demasiado, durante un par de semanas. Tras el olímpico de la Casa de Campo de hace 15 días quería tomarme este comienzo como una vuelta a la calma.
Mi sabio cuerpo también decidió tomarse este comienzo como una vuelta a la calma, pero de aquella manera, con una noche del lunes al martes con fiebre que me ha dejado temblando durante algunos días. Así que la planificación inicial sigue siendo la misma, una par de semanas suaves. Pero ahora buscando además recuperar poco a poco los músculos, y es que hay que ver las agujetas que me deja por todo el cuerpo una noche de fiebre.
Con todo ello, la semana, por eso de las estadísticas, ha quedado como sigue:
L- Nada, el cuerpo ya estaba tomando sus decisiones.
M - Tras la noche toledana, como para hacer algo.
X - Seguía siendo pronto para hacer algo. Además, ¡con estos calores!
J - Ya sí, algo de piscina. 1500 suaves + 700 un poco más rápido a los pies de otro nadador.
V - Descanso, que los cuatro días anteriores habían sido duros.
S - 50' de carrera suave. Siempre con cuestas (en mi barrio no hay llanos).
D - 40 km de bici, con parada a animar a los del Tristar 111 incluida.
Así que, la semana que viene, un poco más, para recuperar las buenas relaciones entre mi cuerpo y yo.
Continúa el 'camino a Zahara'.
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